Es importante reconocer que la sintiencia como tal implica auto-consciencia (consciencia de uno mismo). Esto es por el simple hecho de que no se puede experimentar una sensación sin que haga referencia a un sujeto. Una sensación no se puede dar en el vacío. La sensación es la experiencia subjetiva, que precisamente es el fundamento de lo que entendemos por autoconsciencia.
Por otra parte, es un error muy frecuente equivaler la capacidad de sentir con la capacidad de sentir dolor y placer. Hay muchas sensaciones que no se pueden catalogar dentro de la categoría de placer o de dolor. La capacidad de sentir (que tienen todos los seres con sistema nervioso activo) es la capacidad que tiene un ser de experimentar sensaciones, de tener consciencia de sí mismo frente a lo que le rodea, y esto es lo que lo hace ser alguien -no algo-. Esto es lo relevante, no el placer y el dolor.
- Sentir no equivale solamente a sentir dolor o sentir placer.
Hay muchas sensaciones que no se pueden catalogar como dolor y placer. Hay personas que debido a un
trastorno físico o psicológico no pueden sentir dolor o sentir placer, a pesar de que siguen teniendo la capacidad de sentir. Por lo tanto, no es difícil ver que sentir no equivale a sentir dolor y placer. La sintiencia abarca muchos más aspectos.
Porque lo importante es la capacidad de sentir. Sufrir y disfrutar es sólo una parte de lo que implica sentir. Lo relevante del hecho de que un ser pueda sentir es que tiene intereses. Si un ser puede sentir es alguien (y no algo), es una persona. Esto es lo importante.
La sintiencia es el hecho moralmente relevante (no el dolor y el placer). Porque la sintiencia implica autoconciencia. Esto significa que un ser que siente es alguien, no es algo. Es un sujeto y por tanto una persona. Tiene intereses que merecen ser moralmente considerados y respetados por nosotros. Los demás animales son personas con derechos que debemos respetar.
En relación con esto, considero que, al igual que el placer, el
dolorno es un fin en sí mismo sino sólo un medio para asegurar nuestra propia existencia. El dolor existe porque sirve para conservar la vida. Lo relevante es el hecho mismo de sentir, y no el tipo de sentir que tengamos. Lo relevante es que somos alguien, aparte de que sintamos dolor y placer.Nuestro interés primordial consiste en proteger nuestra vida, nuestro organismo, de las agresiones o desórdenes que pueda padecer. El dolor es una señal de alarma que nos indica un peligro para nuestra integridad.
Teniendo esto en cuenta deberíamos comprender que lo relevante para respetar a alguien es el interés que tiene en vivir; un interés que se deriva de la propia capacidad de sentir, y sin la cual no podría existir ni darse como tal.
- La sintiencia en sí misma no es una cuestión de grado aunque la sintiencia pueda albergar grados.
La sintiencia es un hecho que ocurre cuando el sistema nervioso está activo. La sintiencia es una cualidad, no una cantidad. La sintiencia no es una cuestión de grado. Un bebé siente y un adulto siente. No es una cuestión de grado.
Hay quien defiende que la consideración moral depende del supuesto grado de sintiencia. Pero esto es un error. La consideración moral depende de la sintiencia, pero no del grado de complejidad de la sintiencia.
Según ese argumento, sería menos condenable el asesinato de un bebé que el de un adulto, debido a que el bebé tiene una complejidad sintiente menor que la de un adulto sano. Esto no es aceptable de ninguna manera. Independientemente de la complejidad con la que perciban sensitivamente el mundo, ambos tienen un interés fundamental en vivir y evitar que les hagan daño, que debemos respetar por igual.
No veo ninguna razón por la que debamos pensar que a partir de la complejidad sensitiva deberíamos establecer una jerarquía de valor entre diferentes seres sintientes.
Dentro del contexto ético, el concepto de jerarquía no es moralmente aceptable porque partimos del principio de igual consideración. Esto quiere decir que casos iguales deben ser tratados de manera igual. Las diferencias son aceptables pero no las jerarquías. No acepto ninguna jerarquía, y creo que deberíamos librarnos de todas ellas.
Afirmar que un animal merece menos respeto o consideración que otros sólo por el hecho de que su capacidad de sentir es supuestamente menos compleja que la de otros me resulta tan absurdo como afirmar que la vida de un manco merece menos consideración o respeto que la de quienes contamos con dos brazos debido a que nuestro aparato locomotor es más completo o complejo.
Un sistema nervioso central no es en sí lo moralmente relevante. Lo relevante es la sintiencia. El hecho de sentir. La experiencia subjetiva. El sistema nervioso central es simplemente un objeto, y los objetos no son moralmente relevantes.
Los objetos nunca pueden ser moralmente relevantes por sí mismos, independientemente de la función que cumplan. Sólo las personas lo son. Por tanto, el sistema nervioso central no es relevante. Lo que ocurre es que debemos respetarlo porque la persona de la cual forma parte ese órgano tiene un interés fundamental en que sea respetada su vida y su integridad física.
- El cerebro es una parte más del sistema nervioso central, y no equivale a él. Por muy importante que sea el cerebro, ambos términos no son equivalentes.
Es conocido el hecho de que las lombrices descargan endorfinas cuando reciben un daño. Las endorfinas son hormonas que segrega el organismo con el objeto de atenuar la sensación de dolor. Las lombrices no tienen propiamente cerebro pero tienen sistema nervioso. Y es el sistema nervioso lo que ocasiona la capacidad de sentir, es decir, la subjetividad.
No importa que no pueda haber un sistema nervioso central sin el cerebro para comprender el hecho de que el cerebro sigue siendo una parte, y no la totalidad, del sistema nervioso central, el cual también consta de otras partes que no son cerebro.
La subjetividad tiene que ver con el hecho de sentir. La sensación se experimenta en la interacción de las células nerviosas -las neuronas-, no en el cerebro. El cerebro no es más que una determinada disposición compleja de células nerviosas.
Por ejemplo, los ganglios neuronales de las lombrices no es un cerebro (creo que si lo fuera lo llamarían así). Esos ganglios simplemente son un conjunto centrado de células nerviosas. No por ello me parece justificado suponer que su subjetividad es “reducida”. Su tamaño es pequeño comparado con el nuestro pero su subjetividad no tiene por qué ser menor que la nuestra. La subjetividad en sí no es una cuestión de grado.
Hay muchos animales con sistema nervioso que no tienen propiamente cerebro. Un caso conocido son las medusas. Y es que el hecho de sentir no requiere necesariamente del cerebro, sólo del sistema nervioso. Y es de la sintiencia -no de la inteligencia- de donde proviene la subjetividad
Esta cuestión no trata sobre contradicción sino sobre equivalencia. Tal vez es contradictorio hablar de un ojo que carece de pupila, pero igualmente la pupila no es equivalente al ojo. Ocurre lo mismo respecto del sistema nervioso central y el cerebro. La cuestión es que el cerebro es una parte del sistema nervioso central y no su totalidad. Pertenecen a categorías diferentes y por tanto no son equivalentes.
Ciertamente, una neurona por sí misma no tiene sensaciones. Pero un cerebro por sí solo, sin el resto de componentes del sistema nervioso, tampoco puede experimentar nada.
- El concepto de jerarquía es contrario a las evidencias científicas y al valor moral de la igualdad. Los animales no somos superiores ni inferiores. Somos solamente diferentes.
Debemos cuestionar y deslegitimar el trasnochado concepto de
escala (jerarquía) evolutiva. Por ejemplo, afirmar que un perro “siente más” que una hormiga, me parece simplemente una afirmación gratuita ¿En qué evidencias probadas al respecto se basaría dicha afirmación? Además, el hecho de valorar o categorizar a un individuo concreto por la especie a la que pertenece es especista de por sí. No tiene en cuenta las diferencias individuales.
Siguiendo el criterio “gradualista” (jerárquico) resultaría que el asesinato de un humano que tenga una vista excepcional sería más grave que el de otro humano similar pero que tuviera veinte dioptrías. Me parece absurdo ese planteamiento. El que uno vea mucho mejor que el otro no afecta a la capacidad de sentir en sí ni tampoco a sus intereses fundamentales (vivir, evitar el daño, en disfrutar de la vida,…).
No hay argumentos válidos que justifiquen la postura que defiende jerarquías morales entre los diferentes animales sintientes. Y no me parece correcto llamarla “gradualista” sino más bien jerarquista. Porque establece jerarquías arbitrarias. De hecho todas las jerarquías son arbitrarias. Deberíamos librarnos de ellas y diferenciarnos entre nosotros sólo por la función que cumplamos sin que eso influya en nuestro valor inherente como personas.El tamaño no influye ni condiciona necesariamente la complejidad del sistema sensorial. Ni tampoco afecta a los intereses fundamentales.
Todo ser sintiente – por el hecho de ser sintiente – tiene un interés fundamental en conservar su vida, desarrollarla, disfrutarla y evitar todo aquello que le cause un daño.
El hecho de que haya diferencias sensitivas no implica en ningún caso que las vidas de unos valgan más o menos que las de otros. Porque el
valor inherenteaparece con la capacidad de sentir en sí. La sintiencia no es cuestión de grado. Es una cualidad. Puede diferir tal vez en forma o complejidad, pero en sí misma no es ninguna cuestión de grado.
Todos los seres con capacidad de sentir sienten, y que en lo que se refiere al hecho de sentir sienten todos por igual. Por tanto, es injustificadamente discriminatorio establecer jerarquías morales entre especies. No trato de igualar lo que no es igual, sino de tratar de manera igual los casos que son iguales o muy similares.
La escritora
Joan Dunayer ha hablado abudantemente acerca de las evidencias de la capacidad de sentir en los animales
invertebrados.
- Es importante no confundir capacidades sensitivas con capacidades cognitivas. Son dos ámbitos diferentes.
La capacidad cognitiva de un individuo no es un hecho moralmente relevante en lo que se refiere a la hora de ser incluido y valorado moralmente, puesto que esa capacidad no afecta a su capacidad sensitiva o sensorial. Ya que una cosa es la sintiencia y otra diferente es la inteligencia, aunque a menudo se confundan o mezclen.
La capacidad cognitiva sólo es relevante en lo que se refiere a determinar si alguien es moralmente responsable o no lo es. Nosotros tenemos un tipo de capacidad cognitiva que nos permite ser conscientes de que lo que hacemos afecta a los demás y que nos capacita para distinguir entre el bien y el mal.Una sensación no es un pensamiento. Una sensación es un hecho físico que no requiere de ser experimentada de manea consciente ni intelectualizada. La mente implica subjetividad, pero la mente no es un hecho físico, sino que a ciertos hechos físicos (pensamientos) los denominamos mente para hablar de ellos en su aspecto subjetivo según nosotros los percibimos.La capacidad de experimentar sensaciones o de tener intereses -que son las funciones inherentes de la sintiencia- no se ven alteradas por nuestro grado de inteligencia. Una persona con menor coeficiente intelectual no siente menos el dolor (o cualquier otra sensación) ni tiene menos interés en vivir que otra con un considerable mayor coeficiente intelectual. Luego las jerarquías cognitivas no son un criterio válido para establecer jerarquías morales. Que en ningún caso sería lícito establecer.
- La capacidad de sentir es el fundamento de la personalidad
La subjetividad tiene que ver con el simple hecho de sentir. Afirmar que alguien siente sin que esa sensación haga referencia a un sujeto consciente resulta contradictorio. Una sensación, como por ejemplo el dolor, no puede darse en el vacío como si fuera una simple reacción, sino que tiene que ser experimentada por un sujeto.
La capacidad de sentir implica necesariamente que
alguien (el sujeto) experimenta
algo (la sensación). La sensación no se puede dar en el vacío (una sensación que no tiene quien la experimente es algo lógicamente absurdo). Por tanto, tiene que haber conciencia. Conciencia de algo (la sensación) y autoconciencia de alguien (el sujeto que siente).
En realidad, no hay ninguna persona que carezca de sintiencia. Porque para ser persona -para ser alguien (y no algo)- es requisito necesario la capacidad de sentir. La sensación es por definición una experiencia subjetiva y esto implica que haya un sujeto -alguien- que la experimenta. No se puede dar una sensación en el vacío, sin hacer referencia a un sujeto.