La vida de Charles Proteus Steinmetz es fascinante y podría alimentar multitud de novelas pero hoy quiero fijarme en una anécdota en particular. Es muy conocida y se cita en muchos libros de historia de la tecnología, pero desconocía la fuente original y por eso siempre quedaba olvidada en un cajón, aparcada. Ahora, por fin, he llegado al origen del asunto pero, antes, habrá quien se pregunte: ¿quién era el tal Steinmetz?
Estamos ante uno de los padres de la tecnología eléctrica del siglo XX. Trabajó en la General Electric y realizó importantes aportaciones en ingeniería eléctrica y matemáticas. De hecho, la expansión de la corriente alterna y su uso en la industria a gran escala en generadores, motores y todo tipo de aparatos fue impulsada precisamente por las aportaciones matemáticas y técnicas de Steinmetz, sobre todo relacionadas con la histéresis magnética. En otras palabras, cuando hoy día empleamos cualquier aparato eléctrico, debemos saber que no sólo gracias a Tesla funcionan los aparatos de corriente alterna sino que, junto a muchos otros, fue la importantísima aportación de Steinmetz, y sus más de 200 patentes, lo que nos ha hecho llegar hasta aquí.
En esta fotografía tomada en 1919 durante una visita de importantes científicos de la época a la estación de radio de la compañía Marconi en New Brunswick, situada en New Jersey, vemos en el centro a Seteinmetz…
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…sí, es ese curioso personaje de corta estatura que tiene a su derecha nada más y nada menos que a Albert Einstein y a Nikola Tesla. Steinmetz sufría de enanismo, deformación de columna y diversos problemas severos de salud, pero eso no le impidió llegar a ser considerado como uno de los más importantes ingenieros de su tiempo. Su estampa puede que no fuera muy común, pero su vida tampoco lo era. Steinmetz era muy dado a las excentricidades. Por ejemplo, nunca se dejaba ver sin sus curiosas gafas, de un estilo ya anticuado a principios del siglo XX, mucho más propias de décadas anteriores, ni sin sus eternos puros. Siempre se le podía ver con uno en la boca. Era muy divertido y afable pero, a la vez, resuelto y obstinado.
No podía tener una mascota normal, por supuesto, así que durante un tiempo tuvo a su cargo a todo un monstruo de Gila, entre otros animales como cuervos, caimanes o una mona. En la General Electric siempre estaba ayudando a sus colegas, y todo el mundo le quería como si fuera alguien de sus propias familias. Pero además de ser alguien con una forma de ser realmente encantadora, también era un técnico implacable muy respetado. He aquí la anécdota a la que me refería. Aparece reflejada en una carta de Jack B. Scott a los editores de la revista LIFE en su edición del 14 de mayo de 1965. En esa carta, que traduzco libremente, se mencionaba lo siguiente:
Fuente Obsolescencia
Estamos ante uno de los padres de la tecnología eléctrica del siglo XX. Trabajó en la General Electric y realizó importantes aportaciones en ingeniería eléctrica y matemáticas. De hecho, la expansión de la corriente alterna y su uso en la industria a gran escala en generadores, motores y todo tipo de aparatos fue impulsada precisamente por las aportaciones matemáticas y técnicas de Steinmetz, sobre todo relacionadas con la histéresis magnética. En otras palabras, cuando hoy día empleamos cualquier aparato eléctrico, debemos saber que no sólo gracias a Tesla funcionan los aparatos de corriente alterna sino que, junto a muchos otros, fue la importantísima aportación de Steinmetz, y sus más de 200 patentes, lo que nos ha hecho llegar hasta aquí.
En esta fotografía tomada en 1919 durante una visita de importantes científicos de la época a la estación de radio de la compañía Marconi en New Brunswick, situada en New Jersey, vemos en el centro a Seteinmetz…
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…sí, es ese curioso personaje de corta estatura que tiene a su derecha nada más y nada menos que a Albert Einstein y a Nikola Tesla. Steinmetz sufría de enanismo, deformación de columna y diversos problemas severos de salud, pero eso no le impidió llegar a ser considerado como uno de los más importantes ingenieros de su tiempo. Su estampa puede que no fuera muy común, pero su vida tampoco lo era. Steinmetz era muy dado a las excentricidades. Por ejemplo, nunca se dejaba ver sin sus curiosas gafas, de un estilo ya anticuado a principios del siglo XX, mucho más propias de décadas anteriores, ni sin sus eternos puros. Siempre se le podía ver con uno en la boca. Era muy divertido y afable pero, a la vez, resuelto y obstinado.
No podía tener una mascota normal, por supuesto, así que durante un tiempo tuvo a su cargo a todo un monstruo de Gila, entre otros animales como cuervos, caimanes o una mona. En la General Electric siempre estaba ayudando a sus colegas, y todo el mundo le quería como si fuera alguien de sus propias familias. Pero además de ser alguien con una forma de ser realmente encantadora, también era un técnico implacable muy respetado. He aquí la anécdota a la que me refería. Aparece reflejada en una carta de Jack B. Scott a los editores de la revista LIFE en su edición del 14 de mayo de 1965. En esa carta, que traduzco libremente, se mencionaba lo siguiente:
Señores.
Durante dos interminables días, y noches, Steinmetz se dedicó a escuchar el sonido del generador y a realizar incontables cálculos. Entonces, pidió una escalera, cinta métrica y una tiza. Subió con esfuerzo a lo alto del generador y midió con sumo cuidado, colocando una precisa marca de tiza en una parte de la enorme máquina. Hecho esto, descenció por la escalera y comentó a los escépticos presentes que era necesario desmontar una placa del lateral del generador y eliminar 16 vueltas de la bobina a partir del punto en que había realizado la marca de tiza.Y, satisfecha la petición de Ford, la factura fue abonada sin ninguna queja.
Los ingenieros introdujeron más tarde las correcciones sugeridas por Steinmetz y el generador comenzó a partir de entonces a funcionar perfectamente. Al poco le llegó a Ford una factura por 10.000 dólares firmada por Steinmetz desde General Electric. Ford devolvió la factura, agradeciendo el buen trabajo realizado por Steinmetz, pero solicitando respetuosamente una factura detallada. Steinmetz respondió enviando de nuevo la factura a Ford con el siguiente detalle:
Marca de tiza en el generador………. $1
Saber dónde hacer la marca ………… $9.999
Total a pagar…………………….. $10.000
Fuente Obsolescencia
LA IDEA DE DIOS.http://laideadedios.blogspot.com.ar/ |