NO SE RESISTA, TOME CHAMPAGNE.
ABANDONE EL TETRABRIK Y LA SIDRA !!!
Un buen pretexto para tomar Champagne.
sus virtudes curativas
Algunos errores en la vida han dado paso a grandes descubrimientos, siendo uno de ellos el famoso vino espumoso Champagne.
Cuenta una leyenda urbana, que en el siglo XVII, en una húmeda bodega ubicada en la provincia de Champagne, al noreste de Francia, alguien abrió una botella de vino y se encontró con que éste estaba fermentado, así que la cerró dejándola en el mismo lugar. Pasado el tiempo, otra persona volvió a hacer lo mismo y aunque el vino ya se había descompuesto, volvió a dejar la botella en el mismo lugar; al abrir la botella por tercera vez, ésta estaba llena de burbujas; así nacía el delicioso champagne.
Aunque muchos se atribuyen la paternidad del descubrimiento del Champagne, la historia marca que en el año de 1670, el monje dom Pérignon, de la abadía benedictina de Hautvillers, introdujo una serie de cambios, tales como la selección de la uva, el corcho cónico sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso.
Durante el siglo XVII su consumo se popularizó en las cortes inglesa y francesa.
En otras ocasiones ya hemos platicado que el vino tinto, en especial, posee excelentes cualidades antioxidantes. Estas cualidades se han llevado al siguiente nivel y se han desarrollado muchos tratamientos de belleza con base en las uvas que se utilizan para producir el Champagne, y sus extractos.
Si de salud se trata, su consumo nos puede brindar los siguientes beneficios:
• Si se bebe con moderación, 2 copas al día de acuerdo a estudios de la Universidad de Reading, puede ser saludable para el corazón y la circulación, ya que ayuda a mejorar el funcionamiento de los vasos sanguíneos.
• Evita la probabilidad de formación de coágulos sanguíneos.
• El Champagne rosado puede evitar enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson; también ayuda a bajar el colesterol malo.
Ahora que si de belleza se trata, los vinos espumosos como el Champagne, al pasar por una segunda fermentación y al ser envejecidos con levadura, potencian las propiedades de la uva en la misma botella, y su aplicación en métodos de belleza resulta muy benéfica.
El Champagne contiene un concentrado rico en aminoácidos, polifenoles y quercetina. Los polifenoles se encargan de combatir los tan temidos radicales libres.
La uva cuenta con leucoantocianina y resveratrol, que se encargan de estimular la renovación de las células y potenciar la vitamina E; también cuida y promueve la existencia de ácido hialurónico, muy importante al ser un polisacárido natural y uno de los ácidos mucopolisacáridos que se encuentran en la sustancia fundamental entre las células y la piel; cumple una función hidratante, revitaliza el ciclo celular y restituye la luz y suavidad en el rostro.
Los aminoácidos favorecen la humectación de la piel y finalmente, la quercetina es un anticoagulante natural que ayuda a evitar las inflamaciones vasculares.
Algunos de los tratamientos que puedes encontrar, son:
Recuerda… ¡tú generas el cambio!
Por Gabrimar Lascurain | Vida Sana
Cuenta una leyenda urbana, que en el siglo XVII, en una húmeda bodega ubicada en la provincia de Champagne, al noreste de Francia, alguien abrió una botella de vino y se encontró con que éste estaba fermentado, así que la cerró dejándola en el mismo lugar. Pasado el tiempo, otra persona volvió a hacer lo mismo y aunque el vino ya se había descompuesto, volvió a dejar la botella en el mismo lugar; al abrir la botella por tercera vez, ésta estaba llena de burbujas; así nacía el delicioso champagne.
Aunque muchos se atribuyen la paternidad del descubrimiento del Champagne, la historia marca que en el año de 1670, el monje dom Pérignon, de la abadía benedictina de Hautvillers, introdujo una serie de cambios, tales como la selección de la uva, el corcho cónico sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso.
Durante el siglo XVII su consumo se popularizó en las cortes inglesa y francesa.
Si de salud se trata, su consumo nos puede brindar los siguientes beneficios:
• Si se bebe con moderación, 2 copas al día de acuerdo a estudios de la Universidad de Reading, puede ser saludable para el corazón y la circulación, ya que ayuda a mejorar el funcionamiento de los vasos sanguíneos.
• Evita la probabilidad de formación de coágulos sanguíneos.
• El Champagne rosado puede evitar enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson; también ayuda a bajar el colesterol malo.
Ahora que si de belleza se trata, los vinos espumosos como el Champagne, al pasar por una segunda fermentación y al ser envejecidos con levadura, potencian las propiedades de la uva en la misma botella, y su aplicación en métodos de belleza resulta muy benéfica.
El Champagne contiene un concentrado rico en aminoácidos, polifenoles y quercetina. Los polifenoles se encargan de combatir los tan temidos radicales libres.
La uva cuenta con leucoantocianina y resveratrol, que se encargan de estimular la renovación de las células y potenciar la vitamina E; también cuida y promueve la existencia de ácido hialurónico, muy importante al ser un polisacárido natural y uno de los ácidos mucopolisacáridos que se encuentran en la sustancia fundamental entre las células y la piel; cumple una función hidratante, revitaliza el ciclo celular y restituye la luz y suavidad en el rostro.
Los aminoácidos favorecen la humectación de la piel y finalmente, la quercetina es un anticoagulante natural que ayuda a evitar las inflamaciones vasculares.
Algunos de los tratamientos que puedes encontrar, son:
- Masajes a base de óleos o emulsiones de extractos de Champagne; primero se debe preparar nuestra piel con una exfoliación, para que esta absorba al máximo los beneficios del tratamiento.
- Sueros, cremas, geles, lociones y tónicos a base de Champagne; varias empresas de cosméticos han lanzado productos al mercado elaborados a base de extractos de Champagne que ayudan a disminuir arrugas y las primeras líneas de expresión.
- También puedes encontrar presentaciones en aceites para aplicar aromaterapia a base de Champagne.
- Acción desintoxicante.
- Acción revitalizadora que afina la piel y la nutre, estimulando la producción de colágeno y elastina.
- Acción hidratante y humectante.
- Acción reafirmante.
Recuerda… ¡tú generas el cambio!
Por Gabrimar Lascurain | Vida Sana