Impresoras 3D: ¿se viene otra revolución industrial?
La tecnología de la impresión 3D es utilizada en la manufactura comercial desde hace décadas, pero es más reciente el desarrollo de máquinas hogareñas.
¿De que se trata esta nueva revolución tecnológica? Marcelo Ruiz Camauër, CEO de Kikai Labs, explicó que la impresión 3D es el proceso de convertir gráficos 3D en objetos físicos.
Kikai Labs se transformó en la primera empresa nacional en introducir la fabricación 3D y de prototipado rápido hecho en serie “La diferencia principal de la impresión 3D sobre la impresión 2D habitual es que en lugar de imprimir sobre un plano, la impresión 3D crea un objeto con volumen”, detalló Camauër.
Además del mercado educativo, el público de estas máquinas incluye a diseñadores industriales, arquitectos, ingenieros y artesanos. “La disponibilidad de estas impresoras en el mercado local a este precio (los equipos rondan los 9 mil pesos) abre muchísimas posibilidades, siendo útiles para crear moldes y matrices, objetos artísticos, maquetas y prototipos”, destacó Camauër. Antes una impresora 3D podía salir hasta un millón de dólares.
La tecnología de la impresión 3D es utilizada en la manufactura comercial desde hace décadas, pero es más reciente el desarrollo de máquinas hogareñas.Estas hicieron accesible la tecnología a más usuarios. Las posibilidades de expansión son muchas.
En un artículo de revista británica The Economist se resumió lo revolucionario de esta tecnología: “La impresión en 3D hace tan accesible crear ítems de a uno como producirlos de a miles y por ende sabotea las economías de escala”. La nota indica que esta tecnología puede provocar “un cambio tan importante en el mundo” como lo fue la introducción de las fábricas. “Así como nadie pudo predecir el impacto del motor de vapor en 1750 o del transistor en 1950, es imposible predecir el impacto a largo plazo de la impresión en 3D”.
El titular de Kikai Labs explicó que con estas impresoras se pueden hacer objetos de cualquier complejidad, incluso más complejos que tallando, y los equipos pueden producir objetos de 1 a mil. “Se trata de una máquina polifacética, se puede hacer cualquier objeto sin cambiar moldes, mientras que con una máquina es costoso cambiar moldería”, señaló el empresario.
La firma lleva vendidos 50 equipos y prevén llegar a las 200 impresoras en los 12 meses desde el lanzamiento de su comercialización. Las expectativas podrían ser mayores si se pone en marcha la producción en Uruguay, que se está planeando.
“Hay mucho potencial, es un mercado incipiente y no sólo en Argentina sino en el mundo. Acá la demanda no es tanto de hobbistas, como se da a nivel internacional, pero pensamos que se va ampliar a este segmento y se va ampliar mucho más en empresas, por la reducción de gastos. La reacción de todos es que nunca pensaban encontrar una impresora 3D a esos precios”, subrayó Camauër.
Desde su lanzamiento muchas pequeñas empresas han comprado los equipos de impresión 3D. “Las quieren usar para hacer moldes que muchas veces tienen trabados por los altos costos y tiempo que llevan hacerlo en la forma tradicional. Tienen que conseguir al matricero, hacerlo en madera y es difícil corregir. Cada matriz sale muy cara”, contó el empresario quien dijo que los superó la demanda de las pymes.
Además, mencionó que otro de los rubros a los que les puede resultar más que interesante la implementación de impresoras 3D es educación. Son ideales para escuelas técnicas y laboratorios de universidades.
Los puntos más importantes por los cuales considera que el uso de estos dispositivos es que pueden ser beneficiosos para el ámbito educativo: permite hacer objetos que no era posible hacer por uno mismo anteriormente; permite hacer copias que era imposible hacer anteriormente y permite pasar fácilmente del plano abstracto del diseño al plano físico de objetos reales.
Es una nueva forma de crear arte y decoración; es adecuado para un aula; facilita el trabajo cooperativo distribuido; es aplicable a casi todas las disciplinas (medicina y biología, paleontología y arqueología, arquitectura, matemática, robótica, etc.) y las instituciones pueden acceder a los productos comprándolos en forma totalmente ensamblada o como kit, donde el armado de la máquina es una interesantísima propuesta educativa.
Dentro de los objetivos de Kikai Labs se encuentra la investigación y desarrollo de tecnología nacional para lograr una posición líder en América del Sur, así como fabricar localmente otros aparatos similares o complementarios. Su estrategia se asienta en seguir los preceptos de Open Hardware, compartiendo conocimientos y fomentando el desarrollo cooperativo.
DE LA IMAGEN AL PRODUCTO. Gracias a la metodología de trabajo de estas máquinas, la fabricación aditiva, la construcción de la pieza se realiza por deposición controlada de material capa a capa, de manera que construyen las piezas por aporte de material desde la base hasta la cima. En lugar de partir de un bloque macizo y quitar el material sobrante mediante procesos tradicionales como mecanizado y troquelado se abren nuevas oportunidades para reproducción de complejas geometrías o piezas que nacen directamente ensambladas, contó Ruiz Camauër.
Las tecnologías aditivas disponibles en el mercado son varias, están las fotoquímicos, químicos, por corte láser, por fusión y por deposición de filamento (FDM). Esta última es la que utilizan las impresoras 3D de Kikai Labs. Aunque no da un acabado final de alta calidad, si puede ser pintado, pulido, suavizado, etc.
La impresora 3D con tecnología FDM puede imprimir diseños CAD propios, hasta obtener objetos ya hechos desde sitios especializados como Thingiverse, Shapeways, Pirate Bay, entre otras fuentes.
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