El papa Francisco: "La corte vaticana es la lepra del papado".
El papa Francisco ha vuelto a mostrarse crítico con la cúpula eclesiástica al asegurar que el mayor defecto de la Curia es que se ocupa solo de los intereses del Vaticano y que se ha convertido en "la lepra" de la Iglesia.Todo sobre este tema
"La corte [vaticana] es la lepra del papado" y los jefes de la Iglesia han sido a menudo "narcisistas adulados por sus cortesanos", denuncia el papa en una entrevista concedida al fundador del rotativo italiano 'La Repubblica', Eugenio Scalfari.
Para Bergoglio, la Curia "ve y se ocupa de los intereses del Vaticano y olvida el mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré de todo para cambiarlo", aseveró.
Sobre su visión de la Iglesia, el pontífice explicó que esta no se debe basar en el "proselitismo" sino que ha de centrarse en "escuchar las necesidades, las desilusiones y la desesperación, dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrirse al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres".
Asimismo, el papa criticó enérgicamente el "liberalismo salvaje" que hace que "los fuertes se hagan más fuertes, los débiles más débiles y los excluidos más excluidos" y añadió que es necesario establecer reglas de comportamiento e incluso, si fuera necesario, "acudir a la intervención del Estado" para corregir las desigualdades más intolerables.
Si bien el propio Francisco recordó durante la entrevista que en el Concilio Vaticano II se decidió "mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna, que significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes", el pontífice reconoce no obstante, que hasta ahora se ha hecho poco al respecto y anunció que él tiene "la humildad y la ambición" de llevar a la Iglesia por el camino de la modernidad.
Para Bergoglio, la Curia "ve y se ocupa de los intereses del Vaticano y olvida el mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré de todo para cambiarlo", aseveró.
Sobre su visión de la Iglesia, el pontífice explicó que esta no se debe basar en el "proselitismo" sino que ha de centrarse en "escuchar las necesidades, las desilusiones y la desesperación, dar esperanza a los jóvenes y ayudar a los viejos, abrirse al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres".
Asimismo, el papa criticó enérgicamente el "liberalismo salvaje" que hace que "los fuertes se hagan más fuertes, los débiles más débiles y los excluidos más excluidos" y añadió que es necesario establecer reglas de comportamiento e incluso, si fuera necesario, "acudir a la intervención del Estado" para corregir las desigualdades más intolerables.
Si bien el propio Francisco recordó durante la entrevista que en el Concilio Vaticano II se decidió "mirar al futuro con espíritu moderno y abrirse a la cultura moderna, que significaba ecumenismo religioso y diálogo con los no creyentes", el pontífice reconoce no obstante, que hasta ahora se ha hecho poco al respecto y anunció que él tiene "la humildad y la ambición" de llevar a la Iglesia por el camino de la modernidad.
AFP Andreas Solaro