El discreto encanto de la medicina alternativa |
¡Ojo con la superficialidad de la superstición, la pseudociencia, y el pensamiento mágico!.
Tampoco el cientificismo a ultranza cura males que la misma mente ha producido.(N.de la R.)
Debate. Los médicos
adhieren habitualmente a la medicina científica o convencional pero no
dejan de advertir la proliferación de prácticas alternativas sin ningún
rigor de investigación.
¿Qué hacer? Un análisis que intenta poner en
evidencia la superficialidad de la superstición, la pseudociencia, y el
pensamiento mágico.
¿Qué hacer? Un análisis que intenta poner en evidencia la superficialidad de la superstición, la pseudociencia, y el pensamiento mágico.
Médico: No puedo afirmarlo. ¿Por qué me lo pregunta?
Paciente: Porque me bajó de 240 a 190.
Médico: Creo que la manzana es una
fruta sana y muy bien tolerada. Pero los médicos tratamos de respetar
los conceptos probados con estudios y evidencias científicas y no hay
ninguna investigación seria al respecto. Yo respeto su decisión, pero no
puedo avalarla.
No ha sido sencillo, ni para las instituciones
médicas, ni para los responsables de la salud pública, y tampoco para la
Organización Mundial de la Salud (OMS), definir el perfil que permita
separar el significado de: a) la medicina alternativa, b) la
complementaria, c) la que pudiese denominarse tradicional, y d) a la que
habitualmente adherimos los médicos, o sea la denominada científica o
convencional .
Intentando una riesgosa simplificación con
intenciones divulgativas, explicamos que, al hablar de medicina
alternativa, nos referimos a la aplicación de métodos no aceptados por
la medicina "convencional", que es la que se transfiere en la mayoría de
las universidades de buen nivel académico y que se responsabiliza de la
formación de la generalidad de profesionales de la salud. Hay
excepciones, por ejemplo, en nuestra ciudad, la escuela de graduados de
la facultad estatal, inició éste año un curso de posgrado en Homeopatía.
Ejemplos de lo alternativo, son la homeopatía, la
herboristería, la aromaterapia, las drogas no probadas en centros de
experimentación, o el uso de dietas no documentadas como de utilidad
científica valedera. Cuando decimos alternativa, nos referimos, a una
medicina que se aparta de la encuadrada como convencional o sea que
intenta lograr, por otra vía, o por diferente mecanismo, la recuperación
de la salud del paciente. Al ejercerla, se alejan del planteo racional y
científico del proceso que provoca la enfermedad, e ignoran los
procedimientos fisiológicos lógicos y reconocidos para restituirla.
Debemos ser sinceros y aclarar que algunos pacientes, como el del
inicial ejemplo, se encuentran satisfechos y convencidos de que dicha
metodología les permitió recuperarse del padecimiento previo. Pero esa
impresión subjetiva del paciente debiera ser corroborada por algún
estudio estadístico. De lo contrario, nos ubicamos en el espacio
fantasioso que intentamos analizar críticamente en esta oportunidad.
¡¡¡Doctor. Si me curé el empacho por teléfono, ¿Por qué se ríe?!!!
Éste es otro buen ejemplo de medicina alternativa, y
un sincero comentario del paciente. Configura un error menospreciar un
éxito alternativo. Debiéramos sentirnos conformes si el paciente superó
una enfermedad o malestar determinado, sin recurrir a nada, sin
medicaciones, que en circunstancias, pueden provocarle efectos adversos.
Pero no podemos ser cómplices de la magia y la superstición que embrutece. En los "empachos", suele suceder que, luego de un exceso alimentario irresponsable, una palabra adecuada, dicha por la persona en quien se deposita confianza particular, libera de culpa al imprudente y al tranquilizarlo, lo alivia.
Pero no podemos ser cómplices de la magia y la superstición que embrutece. En los "empachos", suele suceder que, luego de un exceso alimentario irresponsable, una palabra adecuada, dicha por la persona en quien se deposita confianza particular, libera de culpa al imprudente y al tranquilizarlo, lo alivia.
Continuando el orden mencionado, cuando nos referimos
a la medicina complementaria, definimos una forma de acto médico cuya
aplicación puede auxiliar al procedimiento principal ejecutado por la
medicina convencional. Un ejemplo lo constituyen la quiropraxia, o el
reiki, y ayurveda, de difundida aplicación y aceptación, aclarando que
son procedimientos que no han superado el rigor de los ensayos
científicos.
Cuando analizamos la medicina "tradicional",
apuntamos a la forma de aplicación terapéutica afirmada en una extensa y
arraigada tradición de uso, en ocasiones milenios, como es el caso de
la Acupuntura, que en el pueblo chino, al aplicarse, puede obtener
logros significativos como niveles óptimos de anestesia. Esa misma
manualidad, no brinda en otras culturas resultados que vayan más allá
del tratamiento de un simple dolor local.
En cambio, el conjunto de prácticas médicas cuyos
resultados no se pueden probar, y que además rechazan someterse a
estudios enjundiosos para identificar su utilidad, las denominamos
medicina alternativa. La prevalencia de su uso, dicho en términos
epidemiológicos, resulta muy difícil de calcular. Los éxitos
terapéuticos que no se someten a controles estadísticos confiables, o a
estudios clínicos aleatorizados, no pueden ser legitimados, y pueden
estar vinculados al efecto placebo. Un ejemplo de efecto placebo es el
que se utiliza en los estudios en los que, ni el médico ni el paciente,
(doble ciego) saben quienes toman la droga que se investiga y quienes
una cápsula vacía. Es necesario aclarar también el significado del
término aleatorizado.
Se lo puede llamar también randomizado, y
significa distribuir al azar en dos grupos comparables y homogéneos,
para evitar el sesgo o la influencia del investigador en la evaluación
de los resultados. Por ejemplo en el caso de la manzana, habría que
armar dos grupos similares, elegidos al azar, comiendo la manzana lejos
de las comidas y el otro durante la ingesta.
En otros países como Estados Unidos, las encuestas
realizadas por el CDC, (Centro de Control de Enfermedades) dependiente
del NIH, (Instituto Nacional de la Salud) informan de un 35 por ciento
de uso de medicina alternativa, con oscilaciones en los diferentes
niveles culturales y económicos. Incluso en el mismo Instituto existe
una entidad: Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa,
que tiene la misión de investigar y evaluar los resultados que se
obtienen con su aplicación, y el grado de aceptación y satisfacción por
parte de los pacientes.
En Latinoamérica, México y Brasil, tienen niveles de
aplicación importantes, y en Bolivia, casi la mitad de la población,
utiliza alguna forma de medicina alternativa
En Sudáfrica hay 25.000 médicos y 250.000 sanadores.
Pero en toda África, donde se calcula que el 75 por ciento de la
población adhiere a la medicina alternativa, hay que hablar de medicina
tradicional, por referirse, no a las normas convencionales de asistencia
médica, sino a lo que la cultura, costumbres y hábitos de la sociedad
condicionaron por siglos la preferencia a su adherencia.
¿Cuál es entonces el "discreto encanto" de lo alternativo?
En el Curso de Medicina Ambulatoria que dictamos
durante todo el año 2014 con el doctor Lázaro Gidekel, insistíamos en
los concurrentes, en que todos los médicos debiéramos saber que el
paciente que se retira del consultorio con el inapelable dictamen:
"Usted no tiene nada", sufre una frustración sencilla de entender. Si
realmente no tiene nada, elegiría ir a un lugar más divertido. Y
agregábamos: los que hacen medicina alternativa, rematan la consulta con
un inefable: "el nudo que usted tiene en la espalda, es casi un puño", o
"su hígado ha dejado de trabajar", "tiene el estómago dado vuelta".
Nunca descalifican las quejas, traídas en un prolijo ayuda memoria, y es
sólo una de las numerosas razones del éxito y aceptación de ese tipo de
medicina. Pero ello no significa que debamos adherir a estos
estrambóticos y ridículos diagnósticos. Sí, en cambio, debiésemos
intentar una explicación que justifique el origen de sus molestias,
aunque fracasemos en el intento. Otro aspecto tratado en el curso, y que
viene a colación, es la definida tendencia con la que se sale de una
formación de grado o postgrado, a "hacer algo, siempre" con el paciente.
Muchas veces esperar y no hacer nada es la conducta más recomendable. Y los médicos "alternativos" al indicar procedimientos sin valor ni utilidad, están haciendo justamente eso. Es la clásica tinta china para el herpes zoster, (culebrilla) cuando la enfermedad cursa la etapa de curación espontánea.
Muchas veces esperar y no hacer nada es la conducta más recomendable. Y los médicos "alternativos" al indicar procedimientos sin valor ni utilidad, están haciendo justamente eso. Es la clásica tinta china para el herpes zoster, (culebrilla) cuando la enfermedad cursa la etapa de curación espontánea.
Si es tan elevada la prevalencia del uso de medicinas
empíricas e irracionales, ¿cuál es la estrategia para enfrentarla?
¿Formar profesionales para que las ejerzan?, ¿educar a la población para
comprender la inutilidad de su uso? Pensamos que lo más efectivo será
cambiar la actitud de los médicos que ejercemos la medicina
convencional. Creemos innecesario poner excesivo énfasis en los logros
de la medicina científica. Nuestra medicina, la convencional, es de por
si, esencialmente escéptica, autocrítica y autocorrectiva. Tenemos
innumerables ejemplos de cambio de rumbo en su ejercicio. Ese cambio de
rumbo apunta a una más adecuada actitud en todos los ámbitos de la
estructura médica, y ocurren: 1) cuando evitamos el exceso del
tecnicismo y preferimos la prolijidad de un exhaustivo examen del
paciente. 2) cuando en la entrevista escuchamos con mucha atención al
paciente, 3) cuando aplicamos la estima, el respeto y el afecto hacia la
persona que nos consulta, 4) cuando pensamos que dado los antecedentes
del paciente debemos elegir con precisión la droga que corresponda.
De esa manera estaremos practicando la medicina que
intenta corregir los errores que en ocasiones impulsan al paciente a
salirse del terreno científico. Hagamos que identifique la medicina que
investiga, la que formula los hallazgos del progreso, la que comprueba
por años una droga antes de aplicarla, la que intenta explicar el
mecanismo del padecimiento y, a través de él, encontrar la respuesta
para su tratamiento.
La medicina que además de ser científica, pretende
ser básica y esencialmente humana. Nos preocupa esclarecer lo que es
científico, y promover entusiasmo público por la seriedad de lo sabio y
responsable. Pero básicamente nos proponemos poner en evidencia la
superficialidad de la superstición, la pseudociencia, y el pensamiento
mágico.
Carlos Alberto Yelin / Médico / La Capital de Rosario
LA IDEA DE DIOS.http://laideadedios.blogspot.com.ar/ |