Una
de las metas de ser padres es tener la mirada puesta en el futuro.
Educamos a nuestros hijos para que sean adultos responsables. El
carácter de una persona es su destino. El hecho de que a una persona le
vaya bien en su vida amorosa y laboral depende de las capacidades
internas que posea.La mayoría de nuestros problemas son el resultado de
nuestras propias debilidades de carácter. Si tenemos fortaleza interna
somos exitosos, incluso en las circunstancias difíciles que nos toque
vivir.
Los límites son beneficiosos y necesarios para niños. Demostrar afecto
no está reñido con la firmeza. Poner límites no significa ejercer una
autoridad injusta y dar cariño no es signo de debilidad. Confundir estos
términos está en la base de muchos errores de comportamiento a la hora
de educar.
SI no contamos con la fortaleza interior, nos paralizamos,
fracasamos. Si una relación requiere comprensión y perdón y no contamos
con esas capacidades, la relación fracasará. Si un momento difícil en
el área laboral requiere paciencia y una gratificación postergada, y no
tenemos esas caracteristicas en la personalidad fracasaremos.El carácter se refiere a la capacidad y a la incapacidad de alguien, a su formación moral, a su forma de relacionarse y a la forma en que realiza sus tareas. ¿ Qué hace ante determinadas situaciones y cómo lo hace? Ante la necesidad de desempeñarse¿ cómo cumple lo que se le exige? ¿ Puede amar? ¿ Puede ser responsable? ¿ Puede senitr empatía por los demás? ¿ Puede desarrollar sus talentos? ¿ Puede solucionar problemas? ¿ puede lidiar con el fracaso? ¿ De qué manera se refleja en su carácter la creencia de Dios - en hogares donde dicha creencia sea esencial; o de no ser así su humildad y su dimensión espiritual?
La crianza de los niños requiere muchos tipos de intervenciones. Hay momentos para ayudar, para no involucrarse o para ser estrictos.
" Los límites dan seguridad Cuando se ofrecen valores y normas racionales a los niños, se fomenta su autoestima". Nathaniel BrandenCuando el hijo funciona en un contexto de límites claros, justos —no opresores— y negociables, experimenta seguridad, cuenta con una base para evaluar su comportamiento. “Las necesidades de seguridad y crecimiento de los niños —afirma Nathaniel Branden— se satisfacen en buena parte por la existencia de una estructura adecuada”
El término estructura se refiere a reglas, implícitas y explícitas, que funcionan en una familia: reglas sobre lo que es o no aceptable y permitido, lo que se espera sobre la forma de afrontar los diferentes tipos de conducta, sobre cómo se toman las decisiones, etc. “Cuando los niños crecen en una familia que se guía por altas normas personales y reglas que son claras y evidentemente justas, ellos se desarrollan con confianza. Sabiendo que sus padres están en el control de las cosas, se sienten seguros y queridos. Un medio ambiente de amor y seguridad lleva a los niños a tener confianza en sus padres, y esto los lleva a tener confianza en sí mismos.
Las capacidades del niño se dirigen a resolver problemas y no a crear problemas. Este hábito adquirido de resolver problemas con éxito lleva a la confianza en sí. Finalmente, los niños aprenden en la práctica a controlar sus impulsos. Los niños que pueden dominarse están preparados para controlar la dirección de sus vidas”
La psicopedagoga Elvira Giménez de Abad explica: “Los límites dan seguridad.
Trate de imaginarse manejando en una ruta en la que no hay iluminación, ni señalización ni banquinas. La sensación de inseguridad es muy grande, ¿verdad? Bueno, ahora imagínese esa misma ruta bien iluminada, señalizada, con carteles indicadores y banquinas bien delimitadas. ¿No les da mayor seguridad esta situación? Claro que sí, lo mismo sienten los niños y adolescentes cuando tienen claros los límites que deben respetar en su familia” .
“Los niños no desean una libertad ilimitada —señala Branden—, se sienten más seguros y protegidos en una estructura algo autoritaria que en una situación carente de estructura. Los niños necesitan límites y se sienten ansiosos a falta de ellos. Necesitan saber que alguien conduce el avión” .
Pero la tarea no es sencilla. “Educar niños correctamente requiere lo mejor de nosotros mismos, de nuestros recursos financieros, de nuestro tiempo y esfuerzo”, observa James Dobson. Y agrega que “para aquellos que nunca han pasado por la experiencia de ser padres, esta labor puede parecer simple. Esas personas me recuerdan la anécdota de aquel hombre que por primera vez vio jugar al golf. Parece muy fácil, pensó, se trata nada más que de lanzar la pelotita blanca en dirección al hoyo. Se acercó al punto de partida, colocó la pelotita blanca, la golpeó y la lanzó directamente a la laguna”
Estructura: normas y reglasSi bien cada familia tiene su estilo propio y sus normas explícitas e implícitas, el catálogo de reglas que ofrece James Stenson nos parece bastante completo :
1. Con respecto a los derechos y sentimientos de los demás
• No insultamos ni usamos términos despectivos.
• No usamos un lenguaje grosero ni malas palabras.
• A todo el mundo le decimos: por favor, gracias, perdón.
• No interrumpimos a los demás cuando hablan.
• No contestamos cuando se nos corrige.
• Cumplimos lo que prometemos.
• Respetamos la vida privada de los demás: golpeamos antes de entrar a una habitación cerrada, no usamos las cosas de los demás sin permiso.
• No peleamos ni discutimos.
• No hablamos mal de los demás ni esparcimos rumores.
• No nos entrometemos en los asuntos de los demás.
• Saludamos respetuosamente a los adultos.
• Si ofendimos a alguien, le pedimos disculpas.
• Si alguien nos pide disculpas, las aceptamos.
2. Todos contribuimos a hacer de nuestro hogar un lugar atractivo, donde es agradable vivir.
• Limpiamos lo que ensuciamos.
• No damos portazos, y si lo hacemos de manera accidental, pedimos disculpas.
• No hacemos dentro de la casa actividades que se deben hacer fuera (jugar a la pelota, correr, etc.)
• No nos gritamos de una habitación a otra. Vamos hasta donde está la persona y le damos el mensaje con voz normal.
• No comemos ni bebemos en el dormitorio.
• No abusamos de la comida o bebida, y no comemos entre comidas, sin permiso.
• La ropa que no estamos usando debe estar en el armario o en el cesto para la ropa sucia.
• Si tenemos suficiente edad, hacemos la cama durante la mañana.
• Guardamos las cosas que usamos.
• Si pedimos algo prestado, lo devolvemos en condiciones.
• Nos hacemos cargo de nuestras responsabilidades en el colegio y en la casa, a tiempo y lo mejor que podamos.
• Podemos hacer sugerencias, pero son los padres los que deciden
.
3. Damos la información necesaria
• Al salir, siempre decimos a dónde, con quién, a qué hora vamos a estar de vuelta.
• Si se nos hace tarde, llamamos a casa. • Si hay un plan más especial (campamento, pasar el fin de semana en lo de un amigo, etc.) lo consultamos al menos un día antes.
• De la escuela volvemos derecho a casa, a menos que tengamos permiso.
• Traemos a todos nuestros amigos nuevos a casa y los presentamos a nuestros padres.
• Volvemos de fiestas a una hora previamente acordada. • Recibimos los mensajes de una manera inteligente, para transmitirlos bien.
4. Usamos los medios de comunicación para promover la vida de familia: no permitimos que estos medios interfieran con la vida familiar.
• No tendremos nada en casa que ofenda nuestros principios morales o trate a la gente como si fueran objetos. Esto significa que no habrá pornografía, violencia gratuita o representaciones de conducta chabacanas o vulgares. Esto se refiere a la televisión, películas, juegos de video, letras de canciones y afiches.
• Veremos televisión juntos: deportes, películas y programas de calidad.
• Durante la semana no vemos televisión por las noches a menos que la veamos juntos.
• Si peleamos por la televisión o la Play, habrá un aviso de parar. Si el problema persiste, se acabó la función.
• Usamos el teléfono en forma razonable.
• Dedicamos la mayoría de nuestra vida familiar a cosas útiles y juegos, no estamos pegados a la pantalla.
Hay muchas variaciones de estas reglas, sin duda, y la lista no pretende ser exhaustiva. Uno podría añadir o cancelar algunas. Lo que realmente importa es que haya algunas normas que envuelvan a toda la familia y contribuyan a crear un sentido de fortaleza en el corazón y la mente de los niños.
Tutor, administrador y fuente
Vivir y hacer vivir estas normas todos los días, cada día, es un desafío formidable para cualquier padre. Se necesita un ideal y mucha pasión para perseverar, especialmente si uno encuentra que le flaquean las fuerzas o se siente descorazonado porque parece que los niños no progresan. El ideal apasionado es, por supuesto, el amor que tenemos a cada uno de nuestros hijos.
- Aunque la opción opuesta parece más cómoda, sus consecuencias son dramáticas: “Los padres abiertamente permisivos —observa Branden—, tienden a crear hijos muy ansiosos. Entiendo por padres permisivos aquellos que renuncian a toda función de liderazgo; que tratan por igual a todos los miembros de la familia, no sólo en cuanto a su dignidad sino también a su conocimiento y autoridad, que no se esfuerzan por enseñar valor alguno y no defienden norma alguna por temor a “imponer” sus “ideas” a sus hijos. En cierta ocasión, una paciente me dijo: «Mi madre hubiese considerado no democrático decirme que quedar embarazada a los trece años no es una buena idea. ¿Sabe usted lo terrible que es crecer en un hogar en el que todos se comportan como si no supiesen qué es verdadero o correcto?
. Hay bastante confusión en algunos padres, que no se deciden a hacerse cargo de su rol. Rosa Barocio cuenta la siguiente anécdota: “Fui coordinadora de un colegio durante muchos años. Al presentarse una pareja de padres que querían conocer el colegio, invité a su hija de 4 años a que jugara en las hamacas mientras me entrevistaba con sus padres. Después de 45 minutos de explicación sobre el ideario y el sistema educativo, me dijeron: “Señora Barocio, nos ha encantado todo lo que nos dijo, pero debemos comentarlo con Rebequita porque ella es la que va a decidir”. Me quedé pensando: “De haberlo sabido, hubiera dejado a los padres jugando en las hamacas y me hubiera entrevistado con la niña”10.
“Lo vi con mis propios ojos —cuenta el psicólogo Javier Urra—: dos madres tomando un refresco; los hijos, muy pequeños, corretean alrededor. Uno de ellos grita malas palabras. La madre se vuelve y, en un tono condescendiente, le indica - Eso no se dice. El niño se revuelve, la increpa, la insulta. Por toda respuesta obtiene un lacónico: Te estás portando mal, el lunes se lo diré a tu maestra”
. “Algo nos pasa respecto al tema de los límites —observa Pilar Sordo—, nos da miedo llegar a esquemas autoritarios. Hemos caído en una confusión entre el concepto de autoritarismo y de autoridad”. Y advierte: “Los padres no nos podemos cansar de ser padres; por lo tanto no nos podemos cansar de abrazarlos, de decirles que los amamos, de sentirnos orgullosos de ellos; pero tampoco nos debemos cansar de pulirlos para que lleguen a ser las mejores personas que puedan ser, y ese pulir muchas veces duele. No puedo ser una madre agradable todo el tiempo, tengo que ser también desagradable en algunas oportunidades”.
Un padre debe aceptar el hecho de que si hace bien su tarea, sus hijos a veces se enojarán con él. Siguiendo el enfoque de Townsend y Cloud, nos parece adecuado señalar que esta tarea consiste en tres funciones principales:
1) Tutor: un tutor proporciona al niño un entorno seguro para aprender y lograr sabiduría. Si se le otorga poca libertad como para ganar experiencia, el niño no crecerá. Si se le da demasiada libertad, corre el peligro de dañarse. Los padres, en su papel de tutores, se ocupan de que sus hijos estén seguros, sanos y que crezcan adecuadamente. Con mucha frecuencia, emplean límites para realizar esta función.
2) Administrador: un administrador se asegura de que las cosas se hagan, de que se cumplan los objetivos, las exigencias y las expectativas. Los niños no nacen con disciplina propia, por lo tanto necesitan de la “disciplina de los demás”. Los padres proporcionan esta disciplina controlando los recursos, poniendo el acento sobre las consecuencias, manteniendo el orden y construyendo habilidades. Supervisan la ardua tarea de lograr los objetivos. Para conducir la inmadurez de los hijos, los padres necesitan fijar límites.
3) Fuente: Los niños llegan al mundo sin recurso alguno. No saben dónde están los alimentos, cómo obtener refugio o satisfacer sus necesidades. Los padres son la fuente de todas las cosas buenas que un niño requiere. Si los padres dan sin límites, los niños aprenden a sentir que tienen derecho a todo y se vuelven egoístas y exigentes.
La ingratitud pasa a ser un patrón de su personalidad. La opinión de los hijos Los hijos aceptan que el padre tome las riendas. Lo ven como una forma de amor y seguridad. En una encuesta a más de mil doscientos adolescentes, la mayoría de ellos admitió que se sienten inestables cuando los padres no tienen el control. “Aunque nuestros hijos adolescentes prueban nuestra autoridad y pelean con las reglas, en el fondo quieren que permanezcamos firmes como padres y no nos respetarán si no lo hacemos”, afirman las directoras de la encuesta
Los chicos encuestados dijeron que es maravilloso tener una relación cercana con sus padres, pero consideran que la amistad nunca debería ser el objetivo principal.
Como afirmó uno de ellos: “Tengo amigos en la escuela, necesito padres”. Uno de los ítems de la encuesta preguntaba “qué te gustaría decirle a tu papá”. Copiamos una de las respuestas: “Lamento que no siempre haga mis tareas, y sé que debería haber ayudado más, pero tomé algunas malas decisiones. Sin embargo, me has criado muy bien y estoy muy agradecido por haber tenido un padre como tú. Me has ayudado a darme cuenta de la clase de persona que quiero ser en el futuro y de la clase de papá que quiero ser para mis hijos algún día”
fuente
LA IDEA DE DIOS.http://laideadedios.blogspot.com.ar/ |