“Los temas que trata LA IDEA DE DIOS son atemporales, por lo tanto, Ud. puede ver los más antiguos, como los últimos, porque tienen la misma enseñanza”.

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martes, 3 de febrero de 2015

El Misterio de los Números Clave. Y las Auras.

Fuente: 
Biblioteca Pleyades 


El Juicio Final
 
EL MISTERIO DE LOS NÚMEROS – CLAVE
 
Ha llegado el momento de referirnos al apasionante secreto de los “Números-Clave”. ¿Qué significa esto? Vamos a procurar dar una idea aproximada de uno de los más intrincados secretos del Cosmos, anticipando que nuestras explicaciones sólo han de alcanzar a la escueta información que se nos ha proporcionado al respecto.
 
Y debe recordarse, como ya lo manifestamos en otras oportunidades, que al hablar del Cosmos no lo entendemos en la forma común que se le atribuye hoy día en materia de Astronomía o en el campo de la Astronáutica, sino al concepto del Cosmos como Universo Integral, Suprema Síntesis de los tres reinos de la Vida: ESPÍRITU, MATERIA Y ENERGÍA.
 
En el Cosmos, los números tienen una aplicación y un sentido mucho más amplio que los corrientemente conocidos en la aritmética o las matemáticas de nuestro mundo. La esencia cósmica de las cifras está ligada estrechamente a la esencia cósmica de los elementos y de las fuerzas de todos los planos de la Naturaleza. Sus relaciones son tan íntimas, que puede decirse que cada cosa, cada porción del Universo, está identificada con determinado número, que así viene a ser la clave metafísica de aquella. Y tales guarismos sirven a los entendidos para expresar, también en clave, grandes fenómenos o relaciones de orden suprafísico entre los diferentes factores que intervienen en la evolución universal.
 

Las leyes y los métodos que siguen, son del absoluto conocimiento de los iniciados en los más profundos secretos del Cosmos. Y la matemática precisión de innumerables acontecimientos, tiene, también, estrecha relación con el juego de las cifras-clave en las trascendentales matemáticas de los Guías de la Evolución…
 
Lamentamos no poder proporcionar mayores datos en un trabajo destinado a la generalidad del público. Debemos atenernos a los simples datos que se nos ha proporcionado. Pero del ejemplo que vamos a ofrecer, restringido a lo que nos permiten explicar en relación al trabajo de este libro, podrán sacar los lectores interesantes conclusiones, más o menos importantes según sean los conocimientos metafísicos de cada uno.
 
En el curso de esta obra hemos mencionado, varias veces, la cifra 28.791, vinculándola con algunos aspectos de nuestra evolución, muy especialmente cuando se trató de los ciclos conocidos como “Revoluciones Cósmicas” y al ocuparnos de todo lo relacionado con el fin de esta Era, y la coincidencia de ese número de años con la fecha que en las predicciones de la Gran Pirámide de Keops marcan el año 2001 como cierre final de todas las profecías.
 
Veamos, ahora, el desarrollo de una serie de operaciones que, dentro de las normas especiales de la Aritmética Cósmica, o aplicación de valores esenciales metafísicos de los números-clave, van a llevarnos a pasmosos y enigmáticos resultados: En la Biblia, el Apocalipsis de San Juan, al ocuparse del Fin de los Tiempos, menciona concretamente algunas cifras que merecen estudiarse detenidamente a la luz de lo que venimos explicando. Se dice que “serán salvados 144.000 escogidos”; y para llegar a tal número declara que “provendrán de las 12 tribus de Israel, a razón de 12.000 descendientes de cada tribu”, lo que forma ese total de 144.000.
 
Sabemos ya que tales documentos, muy especialmente el Apocalipsis, fueron escritos a base de símbolos, alegorías cósmicas, vale decir claves iniciáticas. No tendría sentido lógico ni justo pretender interpretar al pie de la letra esta parte, como ya hemos visto con muchas otras partes de los textos bíblicos. Y aplicando las normas de la Aritmética Cósmica a que nos estamos refiriendo, veremos lo que pasa. Para ello debemos explicar que cada número es un símbolo.
 
Que para llegar a la clave, hay que realizar operaciones diferentes a las comunes de la aritmética oficial, buscando los valores positivos y rechazando, en ciertos casos, los negativos. Así, en este ejemplo, vamos a considerar nulos, como negativos, los ceros: Si sumamos los valores positivos de cada guarismo en la cifra 144.000, suprimiendo los ceros, tenemos 1 + 4 + 4 = 9.
 
Esta suma nos acaba de llevar a uno de los números-clave. En la metafísica elevada, o Aritmética Cósmica, el 9 es el número-clave de la Humanidad. Ahora tomemos las otras dos cifras: 12 tribus y 12.000 seres por tribu. Con el mismo procedimiento, suprimiendo ceros, en ambos casos 1+2 = 3. Este es otro de los números-clave, también conocidos como “números sagrados”.
 
El 3 representa a la Trinidad, a la Trilogía de Principios Fundamentales del Cosmos: ESPÍRITU, MATERIA Y ENERGÍA. … Pero el simbolismo hermético nos está repitiendo el número tres, dos veces. Si sumamos 3 + 3 = 6, tenemos otro número-clave: 6 es el símbolo de “La Bestia”, de todo lo negativo en la Evolución, de la suma de todos los errores, de la Destrucción…!
 
Ahora bien, si multiplicamos el resultado de la primera cifra, o sea el 9, por el de la segunda operación, 9 x 6 = 54, y volvemos a reducir ese resultado, tenemos 5 + 4 = 9, otra vez la humanidad. ¿Qué puede significar todo esto? ¿No será que la humanidad, por sus tremendos errores, cae en la destrucción, se destruye a sí mismo bajo el influjo de “La Bestia”, para renacer, más tarde, como el “Ave Fénix” surgiendo de sus cenizas…?
 
Pero, aún hay algo más.
 
Hemos venido repitiendo que el oráculo de esta civilización trazado en la Gran Pirámide de Egipto cierra la serie ininterrumpida de predicciones en fecha coincidente con el año 2001 de nuestra era actual. Y tal número, por el mismo procedimiento, nos da, también el número 3. Si este 3 lo multiplicamos por el 9 del resultado final anterior, tenemos 27. Si a este guarismo le devolvemos los tres ceros que se desecharon de la cifra básica apocalíptica, o sea 144.000, tenemos 27.000.
Hagamos ahora una nueva operación, haciendo intervenir, como factores, a la Tierra, morada de nuestra humanidad, y a Ganímedes, hogar de la super-raza, o, humanidad hermana nuestra:
Resultado de la última operación 27.000
Diámetro de la Tierra en Kms. (12.760) 1.276 (cero suprimido)
Diámetro de Ganímedes en kms. (5.150) 515 (cero suprimido)
Total 28.791
 
La reunión de todos los factores, en este proceso de los números-clave, uniendo las predicciones de dos fuentes distintas de diferentes épocas, y analizando el fondo esencial de las misteriosas cifras, acaba de darnos, por diversos caminos, la cifra exacta del número de años de los ciclos cósmicos a que nos veníamos. refiriendo anteriormente: 28.791. Y para ello tuvimos que unir en una operación conjunta a la Tierra y Ganímedes…
 
¿Qué se desprende de todo este misterio matemático del Cosmos?. Cada uno de vosotros es dueño de sacar las conclusiones que mejor estime…
En cuanto a nosotros, daremos también las nuestras en los últimos acápites del libro.
 
SUS EFECTOS Y DESARROLLO
 
Hemos dicho, al final del capítulo anterior, que las profecías de la Gran Pirámide señalan el año de 1975 de nuestra actual era como el comienzo de la terrible crisis bélica mundial. Y si comparamos el lacónico mensaje de las cifras-clave bíblicas y las simbólicas predicciones del Apocalipsis con los diferentes anuncios en tal sentido contenidos en todas las otras fuentes proféticas ya mencionadas, refiriéndolas al curso de los acontecimientos y al panorama internacional, comprenderemos que algo muy grande y de trascendental importancia para la humanidad se está gestando en estos horas cruciales para todo el planeta.
 
Y a tal conjunto de factores, se viene a unir, hoy, el dramático mensaje que nos llega desde el lejano Ganímedes…
 
Estamos viviendo las horas postreras del Apocalipsis y los acontecimientos que día a día se desarrollan en todos los confines de la Tierra, son, en verdad, el desenvolvimiento de las fuerzas generadas en la Cuarta Dimensión por los tremendos desequilibrios acumulados en el curso de los últimos siglos, fuerzas que se están manifestando en los planos físicos y psíquicos, materiales y mentales de nuestro mundo en todas las diferentes formas de perturbaciones sociales, políticas, económicas, particulares o colectivas, individuales o familiares, nacionales e internacionales, climáticas, geológicas, sísmicas y de todo orden.
 
Son, realmente, las expresiones en el mundo de la materia de aquellos alegóricos “Sellos” que en la Cuarta Dimensión, o mundo Astral, van destapando los Guardianes Invisibles de esta humanidad, que no son otros que los “Siete Ángeles” de la visión de San Juan en la isla de Patmos.
 
Cada vez, a medida que corran los días, se irán acentuando los más fuertes cambios, las más violentas controversias y luchas, las inundaciones, movimientos sísmicos y cuantos fenómenos contribuyan al desenlace previsto… Y cuando, en 1975, la tirantez de las relaciones internacionales haya alcanzado su máximo nivel, la locura dominante precipitará el dantesco choque: en pocas horas serán borradas del mapa enormes ciudades y centros de vida y de producción….
 
Los terribles hongos gigantescos de las explosiones termonucleares convertirán en humo a millones y millones de seres humanos, en diferentes lugares del globo. La satánica demencia, haciendo presa en los conductores de los pueblos, empleará todos los medios de destrucción largamente acumulados, en su afán por acabar al adversario.
 
En Oriente y Occidente, un mar de fuego y radiaciones arrasará, en poco tiempo, a más de la mitad de esta pobre humanidad. Y cuando los colosos que prendieron la chispa del gigantesco holocausto hayan caído fulminados por sus propias fuerzas destructoras, una humanidad enloquecida por el terror, despavorida por el pánico, diezmada día a día por las radiaciones que invadirán todos los confines de la Tierra, buscará desesperadamente, un lugar en donde guarecerse… El implacable flagelo desatado por la codicia y el odio, continuará exterminado a los sobrevivientes de la terrible catástrofe bélica.
 
Y las fuerzas vivas de la Naturaleza, afectadas hondamente, harán sentir a su vez, los efectos negativos generados por los formidables desequilibrios producidos en la corteza terrestre, en los mares y en los campos: las fallas geológicas perfectamente conocidas en la actualidad, estimuladas por los continuos impactos masivos de las grandes concentraciones nucleares puestas en juego en la infernal contienda, comenzarán a producir extensos y repetidos terremotos, maremotos y erupciones volcánicas en diferentes lugares del planeta.
 
Buscando su nuevo equilibrio, las fuerzas orogénicas y telúricas, al modificar la superficie del suelo, contribuirán, en todas partes, el exterminio progresivo de hombres, animales y plantas… Los campos y los mares, contaminados por la radioactividad imposible ya de controlar, negarán sus frutos y sus peces a los hambrientos restos de esta humanidad sacrificada ante el altar de sus propios egoísmos y rencores…
 
Así pasarán los años de la década del ochenta, encontrando los albores del último decenio de este siglo un planeta arrasado en que ambularán, míseramente, pocos millones de seres embrutecidos, dementes y monstruosos por las deformaciones generadas, en el tiempo, a causa del loco empleo de una energía nuclear que pudo haberle dado a la Tierra la prosperidad y la dicha…
 
Y en tales condiciones, al final de ese decenio, los seres que aún queden con vida y con razón para poder pensar, verán en los cielos acercarse el extraño resplandor de aquel gigante del espacio al que hemos mencionado como el planeta frío Hercólubus.
 
Momento a momento, su visión se irá agrandando, hasta ocupar una considerable porción del firmamento. Ya hemos explicado, anteriormente, los efectos que la visita de ese astro han de producir en el nuestro. Cuando su tránsito alcance la mayor proximidad a la Tierra, ésta sufrirá violentamente los diferentes cambios enumerados en el capítulo XVII…
 
El cataclismo final habrá cerrado el ciclo previsto en las profecías, y el “Fin de los Tiempos” a que alude la Biblia habrá llegado a su total culminación…!
 
Interpretación del JUICIO
 
Tanto en el Apocalipsis de San Juan, como en los versículos del Cap. 25 de San Mateo referentes al “Juicio Final”, encontramos la promesa de que serán “salvados quienes tengan las blancas vestiduras del Reino”, y que los buenos, o sea los que cumplieron las enseñanzas de Cristo, recibirían el premio de entrar a Su Reino. .. Es aquí el momento de explicar, por una parte, el sentido enigmático de las alegorías y símbolos bíblicos, y por la otra, el motivo por el cual vuelven a la Tierra, después de siglos, los superhombres del Reino de Munt.
 
Para poder cumplir la promesa crística, las Altas Dignidades de ese Reino de la Luz Dorada tantas veces mencionado en este libro, encomendaron a los habitantes de Ganímedes la nueva misión que habrían de cumplir en provecho de este mundo. Ya se ha visto, por el desarrollo de esta obra, cómo y cuántas veces trabajaron, en otros tiempos, en altas labores de ayuda a nuestra humanidad, en el curso de su evolución. Ahora, la Gran Misión es salvar a todos aquellos a quienes elude la Biblia con el simbolismo de “los elegidos de las blancas vestiduras del Reino”.
 
¿Qué significado tiene esto?
 
Todos los alumnos de cualquier escuela metafísica iniciática saben, perfectamente, desde los primeros estudios, que el ser humano posee un aura, o envoltura luminosa que rodea íntegramente el cuerpo físico y que se manifiesta como un destello de diferentes colores, en una gama variadísima de tonos y de intensidad, según sea el nivel evolutivo, o grado de desarrollo psíquico y espiritual en que se encuentre el sujeto. Todas las emociones, pensamientos o actitudes internas del alma producen rayos de color determinado y de mayor o menor luminosidad en esa envoltura fluídica, la que es visible permanentemente en los dominios del Plano Astral o Cuarta Dimensión, y puede ser vista y analizada por cualquier persona que posea la clarividencia, aún en el plano físico.
 
Esa “aura” es la que los pintores de todas las épocas han colocado en torno a las cabezas de los santos, y que expresaron como rayos de luz despedidos por el cuerpo de los seres divinos en todas las religiones.
 
Cada pasión, o estado del alma en determinado momento, genera un tipo de luz y color característicos, y los conocedores de esto pueden saber, inmediatamente, la clase de persona y su modo peculiar de ser y de pensar, con sólo ver su aura. En los clarividentes avanzados, basta contemplar a la persona, aún cuando sea a cierta distancia, para conocer, inmediatamente, su estado psíquico, su calidad moral, su posición exacta en los diferentes escalones de la evolución…
 

Las auras, por tanto, vienen a ser como un ropaje identifica torio de sus propietarios, vestido que no se puede quitar nadie y que lo descubre en toda la intimidad de su desnudez espiritual. Ahora podremos comprender por qué se habla en el Apocalipsis de ‘las blancas vestiduras del Reino”. Las luces y rayos de color del aura corresponden al estado del alma de cada uno, y solamente cambian si cambia la persona de modo de ser y de pensar. Y si es de bajos instintos, malévola, mal intencionada, su aura tiene los colores más obscuros, más sucios, los destellos más débiles y opacos, porque el espectro lumínico manifestado en ella está en relación directa con la frecuencia vibratoria generada por la constitución molecular de todos los cuerpos que integran al individuo, como lo explicamos al tratar de la Cuarta Dimensión.
 
De tal manera las auras de las personas más puras, más elevadas en la escala moral y espiritual, desprenden los más brillantes rayos de luz en tonalidades bellísimas y de una resplandeciente suavidad, entre cuyas radiaciones se aprecia una delicada mezcla de luz blanca, con ligeros toques dorados y celestes, indicadores de las más excelsas condiciones de espiritualidad, o sea, las “Blancas Túnicas del Reino”.
 
Nuestros Hermanos Mayores de Ganímedes tienen la misión de buscar en toda la Tierra, a los poseedores de ese tipo de au-ras. Por eso es que, desde hace varios años, han venido visitando las diferentes regiones del planeta, sobrevolando las ciudades y las aldeas, observando con detención, especialmente en las noches, todos los sitios en que brille alguna de esas resplandecientes “vestiduras áuricas”.
 
Toda la gente se pregunta ¿qué es lo que hacen? ¿por qué no bajan y se manifiestan públicamente?… Ellos lo saben. Pero sólo les interesa cumplir con su misión. Y esta misión es la de ubicar a todos los que merezcan ser salvados del exterminio total por haber alcanzado el más alto nivel moral que es posible en este mundo, conduciéndolos, en el momento oportuno, hasta su maravilloso reino. Ya muchos han partido, como el caso narrado en la primera parte de este libro.
 
Y otros, también, ya se preparan a abandonar la Tierra. Es una labor silenciosa y sin alardes jactanciosos, pues los que ya saben su destino, por su misma elevación, hace mucho que vencieron la soberbia, el orgullo y la vanidad que, a otros, les impulsarían a pretender una mezquina publicidad. Los que están saliendo han seguido caminos y métodos parecidos a los de nuestro amigo Pepe.
 
La mayor parte no deja huellas, pues, muchos, también, pertenecen a las clases olvidadas y humildes, a ese tipo de seres de la calle que no ocupan renglones destacados en la fantasmagoría social, política o económica de este mundo y, por lo tanto, su presencia o su ausencia no importan mayormente a nadie…
 
Cuando estalle la tercera guerra mundial, habrán partido ya de la Tierra todos los que hayan alcanzado el más alto nivel de evolución en esta humanidad. Serán instalados en el Reino de Munt para educarlos adecuadamente y someterlos a un largo proceso, de reacondicionamiento orgánico y fisiológico que les permita alcanzar a vivir, físicamente, varios siglos. Así podrán asimilar el enorme adelanto de sus maestros y prepararse para regresar al planeta de origen, en cuerpo y alma, cuando llegue la hora de iniciar la NUEVA ERA…
 
Si analizamos, detenida y cuidadosamente, los tantas veces mencionados textos del Nuevo Testamento, veremos que en el “Juicio Final” y en el Apocalipsis existe una marcada diferencia entre los que “serán salvados” y los que “serán juzgados”.
 
Ya hemos visto quiénes son los “salvados”, y cómo se está efectuando, desde ahora, el proceso cósmico… Debemos ocuparnos, por tanto, de los que serán “juzgados”. En el capítulo 25 de San Mateo aparecen con la denominación simbólica de “las ovejas” y “los cabritos”. Las ovejas simbolizando a los buenos, a quienes fueron justos y fieles servidores de las dulces y amorosas enseñanzas del Cristo; y los cabritos, a los que se mantuvieron reacios y malévolos, empecinados en sus vicios y errores, a toda esa legión tenebrosa de la maldad humana… Cuando termine el ciclo de las terribles pruebas.
 
Cuando el “Final de los Tiempos” esté consumado con el paso de Hercólubus, los espíritus desencarnados de toda la población terrestre verán aparecer, en la Cuarta Dimensión, al Sublime Rey y Señor del Reino de la Luz Dorada en medio del glorioso esplendor de su Corte Celestial…
 
La separación de ambas multitudes se habrá hecho ya, automáticamente, por la diferencia vibratoria correspondiente a cada grupo, según las explicaciones metafísicas dadas en los capítulos de las partes precedentes, al tratar de la Vida en la Cuarta Dimensión, y todos aquellos que no hayan alcanzado a superar los niveles inferiores y promedios del Plano Astral, irán a formar parte de la nueva población espiritual del gigantesco planeta Hercólubus, en el sistema estelar de Tila, atraídos por la afinidad vibratoria de aquel astro, que ya dijimos que se encuentra en un nivel comparable al grado de evolución que existía en la Tierra en los tiempos de la pre-humanidad.
 
Para quienes, en medio de su atraso moral, conserven el recuerdo subconsciente de haber vivido en un mundo mejor, conociendo posiciones de vida y civilización muy superiores, el tener que encarnar y permanecer por muchos milenios encadenados a un mundo inferior, de las tristes perspectivas de aquel astro, será, en verdad, un pavoroso infierno… Pero dentro de la admirable sabiduría divina, esta inmigración de espíritus que llegue a Hercólubus, lo ayudará a progresar en el curso de su propia evolución milenaria con la inyección de nuevas fuerzas civilizadoras que permitan el desarrollo, a través de los tiempos, de otra civilización en los confines del Cosmos…
 
En cuanto a los seres clasificados como “las ovejas” de Cristo, permanecerán en los dominios espirituales de la Cuarta Dimensión del Planeta Tierra, en espera de las condiciones favorables que han de transformar este mundo, según la promesa divina de que “SU REINO BAJARÍA A LA TIERRA”.
 
Fuente: 
Biblioteca Pleyades



LA IDEA DE DIOS.

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SER PADRE ES TRABAJO DE TIEMPO COMPLETO...

LÍMITES PARA NUESTROS HIJOS


El futuro es hoy
 

Una de las metas de ser padres es tener la mirada puesta en el futuro. Educamos a nuestros hijos para que sean adultos responsables. El carácter de una persona es su destino. El hecho de que a una persona le vaya bien en su vida amorosa y laboral depende de las capacidades internas que posea.La mayoría de nuestros problemas son el resultado de nuestras propias debilidades de carácter. Si tenemos fortaleza interna somos exitosos, incluso en las circunstancias difíciles que nos toque vivir.

 
Los límites son beneficiosos y necesarios para niños. Demostrar afecto no está reñido con la firmeza. Poner límites no significa ejercer una autoridad injusta y dar cariño no es signo de debilidad. Confundir estos términos está en la base de muchos errores de comportamiento a la hora de educar.
 
SI no contamos con la fortaleza interior, nos paralizamos, fracasamos. Si una relación requiere comprensión y perdón y no contamos con esas capacidades, la relación fracasará. Si un momento difícil en el área laboral requiere paciencia y una gratificación postergada, y no tenemos esas caracteristicas en la personalidad fracasaremos.

El carácter se refiere a la capacidad y a la incapacidad de alguien, a su formación moral, a su forma de relacionarse y a la forma en que realiza sus tareas. ¿ Qué hace ante determinadas situaciones y cómo lo hace? Ante la necesidad de desempeñarse¿ cómo cumple lo que se le exige? ¿ Puede amar? ¿ Puede ser responsable? ¿ Puede senitr empatía por los demás? ¿ Puede desarrollar sus talentos? ¿ Puede solucionar problemas? ¿ puede lidiar con el fracaso? ¿ De qué manera se refleja en su carácter la creencia de Dios -  en hogares donde dicha creencia sea esencial; o de no ser así su humildad y su dimensión espiritual?

  La crianza de los niños requiere muchos tipos de intervenciones. Hay momentos para ayudar, para no involucrarse o para ser estrictos.

" Los límites dan seguridad Cuando se ofrecen valores y normas racionales a los niños, se fomenta su autoestima". Nathaniel Branden 
Cuando el hijo funciona en un contexto de límites claros, justos —no opresores— y negociables, experimenta seguridad, cuenta con una base para evaluar su comportamiento. “Las necesidades de seguridad y crecimiento de los niños —afirma Nathaniel Branden— se satisfacen en buena parte por la existencia de una estructura adecuada”

El término estructura se refiere a reglas, implícitas y explícitas, que funcionan en una familia: reglas sobre lo que es o no aceptable y permitido, lo que se espera sobre la forma de afrontar los diferentes tipos de conducta, sobre cómo se toman las decisiones, etc. “Cuando los niños crecen en una familia que se guía por altas normas personales y reglas que son claras y evidentemente justas, ellos se desarrollan con confianza. Sabiendo que sus padres están en el control de las cosas, se sienten seguros y queridos. Un medio ambiente de amor y seguridad lleva a los niños a tener confianza en sus padres, y esto los lleva a tener confianza en sí mismos.

Las capacidades del niño se dirigen a resolver problemas y no a crear problemas. Este hábito adquirido de resolver problemas con éxito lleva a la confianza en sí. Finalmente, los niños aprenden en la práctica a controlar sus impulsos. Los niños que pueden dominarse están preparados para controlar la dirección de sus vidas”
La psicopedagoga Elvira Giménez de Abad explica: “Los límites dan seguridad.

Trate de imaginarse manejando en una ruta en la que no hay iluminación, ni señalización ni banquinas. La sensación de inseguridad es muy grande, ¿verdad? Bueno, ahora imagínese esa misma ruta bien iluminada, señalizada, con carteles indicadores y banquinas bien delimitadas. ¿No les da mayor seguridad esta situación? Claro que sí, lo mismo sienten los niños y adolescentes cuando tienen claros los límites que deben respetar en su familia” .

“Los niños no desean una libertad ilimitada —señala Branden—, se sienten más seguros y protegidos en una estructura algo autoritaria que en una situación carente de estructura. Los niños necesitan límites y se sienten ansiosos a falta de ellos. Necesitan saber que alguien conduce el avión” .

Pero la tarea no es sencilla. “Educar niños correctamente requiere lo mejor de nosotros mismos, de nuestros recursos financieros, de nuestro tiempo y esfuerzo”, observa James Dobson. Y agrega que “para aquellos que nunca han pasado por la experiencia de ser padres, esta labor puede parecer simple. Esas personas me recuerdan la anécdota de aquel hombre que por primera vez vio jugar al golf. Parece muy fácil, pensó, se trata nada más que de lanzar la pelotita blanca en dirección al hoyo. Se acercó al punto de partida, colocó la pelotita blanca, la golpeó y la lanzó directamente a la laguna”
 



 Estructura: normas y reglas
Si bien cada familia tiene su estilo propio y sus normas explícitas e implícitas, el catálogo de reglas que ofrece James Stenson nos parece bastante completo :

1. Con respecto a los derechos y sentimientos de los demás

• No insultamos ni usamos términos despectivos.
• No usamos un lenguaje grosero ni malas palabras.
• A todo el mundo le decimos: por favor, gracias, perdón.
• No interrumpimos a los demás cuando hablan.
• No contestamos cuando se nos corrige.
• Cumplimos lo que prometemos.
• Respetamos la vida privada de los demás: golpeamos antes de entrar a una habitación cerrada, no usamos las cosas de los demás sin permiso.
• No peleamos ni discutimos.
• No hablamos mal de los demás ni esparcimos rumores.
• No nos entrometemos en los asuntos de los demás.
• Saludamos respetuosamente a los adultos.
• Si ofendimos a alguien, le pedimos disculpas.
• Si alguien nos pide disculpas, las aceptamos.


2. Todos contribuimos a hacer de nuestro hogar un lugar atractivo, donde es agradable vivir.

• Limpiamos lo que ensuciamos.
• No damos portazos, y si lo hacemos de manera accidental, pedimos disculpas.
• No hacemos dentro de la casa actividades que se deben hacer fuera (jugar a la pelota, correr, etc.)
 • No nos gritamos de una habitación a otra. Vamos hasta donde está la persona y le damos el mensaje con voz normal.
• No comemos ni bebemos en el dormitorio.
• No abusamos de la comida o bebida, y no comemos entre comidas, sin permiso.
• La ropa que no estamos usando debe estar en el armario o en el cesto para la ropa sucia.
• Si tenemos suficiente edad, hacemos la cama durante la mañana.
• Guardamos las cosas que usamos.
• Si pedimos algo prestado, lo devolvemos en condiciones.
• Nos hacemos cargo de nuestras responsabilidades en el colegio y en la casa, a tiempo y lo mejor que podamos.
• Podemos hacer sugerencias, pero son los padres los que deciden

.
 3. Damos la información necesaria

• Al salir, siempre decimos a dónde, con quién, a qué hora vamos a estar de vuelta.
• Si se nos hace tarde, llamamos a casa. • Si hay un plan más especial (campamento, pasar el fin de semana en lo de un amigo, etc.) lo consultamos al menos un día antes.
• De la escuela volvemos derecho a casa, a menos que tengamos permiso.
• Traemos a todos nuestros amigos nuevos a casa y los presentamos a nuestros padres.
• Volvemos de fiestas a una hora previamente acordada. • Recibimos los mensajes de una manera inteligente, para transmitirlos bien.


 4. Usamos los medios de comunicación para promover la vida de familia: no permitimos que estos medios interfieran con la vida familiar.

• No tendremos nada en casa que ofenda nuestros principios morales o trate a la gente como si fueran objetos. Esto significa que no habrá pornografía, violencia gratuita o representaciones de conducta chabacanas o vulgares. Esto se refiere a la televisión, películas, juegos de video, letras de canciones y afiches.
• Veremos televisión juntos: deportes, películas y programas de calidad.
• Durante la semana no vemos televisión por las noches a menos que la veamos juntos.
• Si peleamos por la televisión o la Play, habrá un aviso de parar. Si el problema persiste, se acabó la función.
• Usamos el teléfono en forma razonable.
• Dedicamos la mayoría de nuestra vida familiar a cosas útiles y juegos, no estamos pegados a la pantalla.

Hay muchas variaciones de estas reglas, sin duda, y la lista no pretende ser exhaustiva. Uno podría añadir o cancelar algunas. Lo que realmente importa es que haya algunas normas que envuelvan a toda la familia y contribuyan a crear un sentido de fortaleza en el corazón y la mente de los niños.

Tutor, administrador y fuente

Vivir y hacer vivir estas normas todos los días, cada día, es un desafío formidable para cualquier padre. Se necesita un ideal y mucha pasión para perseverar, especialmente si uno encuentra que le flaquean las fuerzas o se siente descorazonado porque parece que los niños no progresan. El ideal apasionado es, por supuesto, el amor que tenemos a cada uno de nuestros hijos.

 - Aunque la opción opuesta parece más cómoda, sus consecuencias son dramáticas: “Los padres abiertamente permisivos —observa Branden—, tienden a crear hijos muy ansiosos. Entiendo por padres permisivos aquellos que renuncian a toda función de liderazgo; que tratan por igual a todos los miembros de la familia, no sólo en cuanto a su dignidad sino también a su conocimiento y autoridad, que no se esfuerzan por enseñar valor alguno y no defienden norma alguna por temor a “imponer” sus “ideas” a sus hijos. En cierta ocasión, una paciente me dijo: «Mi madre hubiese considerado no democrático decirme que quedar embarazada a los trece años no es una buena idea. ¿Sabe usted lo terrible que es crecer en un hogar en el que todos se comportan como si no supiesen qué es verdadero o correcto?

 . Hay bastante confusión en algunos padres, que no se deciden a hacerse cargo de su rol. Rosa Barocio cuenta la siguiente anécdota: “Fui coordinadora de un colegio durante muchos años. Al presentarse una pareja de padres que querían conocer el colegio, invité a su hija de 4 años a que jugara en las hamacas mientras me entrevistaba con sus padres. Después de 45 minutos de explicación sobre el ideario y el sistema educativo, me dijeron: “Señora Barocio, nos ha encantado todo lo que nos dijo, pero debemos comentarlo con Rebequita porque ella es la que va a decidir”. Me quedé pensando: “De haberlo sabido, hubiera dejado a los padres jugando en las hamacas y me hubiera entrevistado con la niña”10.

“Lo vi con mis propios ojos —cuenta el psicólogo Javier Urra—: dos madres tomando un refresco; los hijos, muy pequeños, corretean alrededor. Uno de ellos grita malas palabras. La madre se vuelve y, en un tono condescendiente, le indica - Eso no se dice. El niño se revuelve, la increpa, la insulta. Por toda respuesta obtiene un lacónico: Te estás portando mal, el lunes se lo diré a tu maestra”

. “Algo nos pasa respecto al tema de los límites —observa Pilar Sordo—, nos da miedo llegar a esquemas autoritarios. Hemos caído en una confusión entre el concepto de autoritarismo y de autoridad”. Y advierte: Los padres no nos podemos cansar de ser padres; por lo tanto no nos podemos cansar de abrazarlos, de decirles que los amamos, de sentirnos orgullosos de ellos; pero tampoco nos debemos cansar de pulirlos para que lleguen a ser las mejores personas que puedan ser, y ese pulir muchas veces duele. No puedo ser una madre agradable todo el tiempo, tengo que ser también desagradable en algunas oportunidades”.

Un padre debe aceptar el hecho de que si hace bien su tarea, sus hijos a veces se enojarán con él. Siguiendo el enfoque de Townsend y Cloud, nos parece adecuado señalar que esta tarea consiste en tres funciones principales:

1) Tutor: un tutor proporciona al niño un entorno seguro para aprender y lograr sabiduría. Si se le otorga poca libertad como para ganar experiencia, el niño no crecerá. Si se le da demasiada libertad, corre el peligro de dañarse. Los padres, en su papel de tutores, se ocupan de que sus hijos estén seguros, sanos y que crezcan adecuadamente. Con mucha frecuencia, emplean límites para realizar esta función.

2) Administrador: un administrador se asegura de que las cosas se hagan, de que se cumplan los objetivos, las exigencias y las expectativas. Los niños no nacen con disciplina propia, por lo tanto necesitan de la “disciplina de los demás”. Los padres proporcionan esta disciplina controlando los recursos, poniendo el acento sobre las consecuencias, manteniendo el orden y construyendo habilidades. Supervisan la ardua tarea de lograr los objetivos. Para conducir la inmadurez de los hijos, los padres necesitan fijar límites.

3) Fuente: Los niños llegan al mundo sin recurso alguno. No saben dónde están los alimentos, cómo obtener refugio o satisfacer sus necesidades. Los padres son la fuente de todas las cosas buenas que un niño requiere. Si los padres dan sin límites, los niños aprenden a sentir que tienen derecho a todo y se vuelven egoístas y exigentes.

La ingratitud pasa a ser un patrón de su personalidad. La opinión de los hijos Los hijos aceptan que el padre tome las riendas. Lo ven como una forma de amor y seguridad. En una encuesta a más de mil doscientos adolescentes, la mayoría de ellos admitió que se sienten inestables cuando los padres no tienen el control. “Aunque nuestros hijos adolescentes prueban nuestra autoridad y pelean con las reglas, en el fondo quieren que permanezcamos firmes como padres y no nos respetarán si no lo hacemos”, afirman las directoras de la encuesta

 Los chicos encuestados dijeron que es maravilloso tener una relación cercana con sus padres, pero consideran que la amistad nunca debería ser el objetivo principal.

Como afirmó uno de ellos: “Tengo amigos en la escuela, necesito padres”. Uno de los ítems de la encuesta preguntaba “qué te gustaría decirle a tu papá”. Copiamos una de las respuestas: “Lamento que no siempre haga mis tareas, y sé que debería haber ayudado más, pero tomé algunas malas decisiones. Sin embargo, me has criado muy bien y estoy muy agradecido por haber tenido un padre como tú. Me has ayudado a darme cuenta de la clase de persona que quiero ser en el futuro y de la clase de papá que quiero ser para mis hijos algún día”
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LA IDEA DE DIOS.

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